CIMARRON SOY.

Desde la espesura nace el grito… Cimarrones… libres por convicción, no por permiso.

Hemos vivido en esta tierra largo tiempo, fugitivo en la selva, escapando del infierno. El monte me abraza, me cubre en su manto, dejé la comuna, dejé el quebranto. Nos llamaron locos, rebeldes sin causa, pero fuimos esclavos rompiendo la farsa. Del colectivismo solo quedan cadenas, jerarquías podridas, mentiras que queman. Aquí encontré paz, justicia real, libertad sin condiciones, sin amo oficial. No más discursos vacíos ni vigilancia al acecho, en mi palenque, la dignidad tiene techo.

¡Cimarrón, cimarrón, yo soy! Fugitivo de un mundo sin voz. Libre entre ramas, sudor y tambor, esta tierra es mi grito, es mi devocion. ¡Cimarrón, cimarrón, yo voy! Con los míos, sin cadenas ni odios. Nuestro hogar no tiene rejas ni horror, en el palenque se respira amor.

Somos muchos, venimos de abajo, mujeres y hombres que escaparon del tajo. La comuna fue cárcel disfrazada de hogar, pero aquí aprendimos a respirar. Sin ideologías que dictan tu paso, sin patriarcas ni burócratas falsos. Solo respeto, ayuda y calor, un refugio tallado con puro sudor. No tememos al exilio ni al lodo, sabemos que el camino nunca fue cómodo. Pero la libertad no se mendiga, se arranca, con machete en la mano y la frente franca.

¡Cimarrón, cimarrón, yo soy! Fugitivo de un mundo sin voz. Libre entre ramas, sudor y tambor, esta tierra es mi grito, es mi devoción. ¡Cimarrón, cimarrón, yo voy! Con los míos, sin cadenas ni odios. Nuestro hogar no tiene rejas ni horror, en el palenque se respira amor.

No somos fantasmas, somos historia viva, resistencia en carne, cicatriz que brilla. El palenque no es huida, es creación, es bandera, es tambor, es canción.

Cimarrones… No nos doblega el miedo, no nos compra el poder. Aquí, en la cima del mundo libre, hemos encontrado… la libertad.